Velázquez: Bufón con libros


Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, Bufón con libros, hacia 1640. Óleo sobre lienzo, 107 cm alto × 82 cm ancho. Museo Nacional del Prado.



El museo explica la obra con el siguiente extracto de la obra Del Greco a Goya. Obras maestras del Museo del Prado, Museo de Arte de Ponce. MNP. AC/E, 2012, págs. 60-61:

Una de las facetas más destacadas de la producción de Velázquez la forma su amplia galería de bufones de palacio que servían para entretener los ocios del rey de España y su corte. Aunque es cierto que el sevillano no fue el único artista que se ocupó de su representación, sí es verdad que ninguno antes o después que él se acercó al tema de una manera tan frecuente y con un tratamiento pictórico y narrativo tan poco habitual.

En alrededor de una docena de sus cuadros, los bufones constituyen el motivo principal o uno de los personajes más importantes, y la variedad de contextos narrativos y situaciones en los que aparecen es bastante amplia. En algunos casos se encuentran aislados, pero en otros se les ve en compañía de otros miembros de la corte, y con frecuencia incorporan significados que van más allá de la simple plasmación de unos rasgos físicos.

Todo esto ha planteado incontables dilemas a aquellos que han buscado interpretaciones y, de hecho, ha dado pie a teorías tan dispares como las que quieren ver en Velázquez un artista con una conciencia social casi contemporánea y las que, por el contrario, ven en estos cuadros un ejemplo de la objetividad implacable de su autor. También hay lecturas narrativas para todos los gustos: algunos creen que estamos ante simples retratos, mientras que no faltan aquellos empeñados en descubrir un simbolismo oculto y en negar el carácter retratístico de estas obras.

Sin embargo, independientemente de la posibilidad de que estén «interpretando», «representando» algo, lo cierto es que los rasgos de estas figuras tienen una presencia retratística muy acusada y no hay ninguna razón para dudar de que se trata de bufones de la corte. De hecho, no fue esta la única ocasión en que Velázquez hizo una operación parecida, como nos lo prueban El bufón llamado don Juan de Austria (Museo del Prado) y El geógrafo (Musée des Beaux-Arts, Ruan).

Tradicionalmente había sido identificado con El Primo, un bufón que en 1644 acompañó a Felipe IV en la Jornada de Aragón, y del que se sabe que fue retratado en esa ocasión por Velázquez. Sin embargo, los estudios técnicos han probado que esta última obra es [la que se ha catalogado como El bufón el Primo].

Al fondo [en la imagen] se aprecia la [montaña] Maliciosa, en la Sierra de Guadarrama. La precisión con la que aparece descrita esta montaña testimonia el interés pionero que desarrolló Velázquez por el paisaje del natural.





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